Antología de la foto Kinky

I.


Ella se levanta y lo primero que hace es sentarse frente a esa máquina que consume sus horas, recibe un correo que aparenta ser de un amante o de algún desquicio de la juventud o de la pubertad:

Hola,

¿Qué está pasando?

Ya te envié mis fotos, ahora me debes las tuyas que ya llevo días esperándolas.

-F.

Siente como se va ruborizando tan solo al pensar en la idea de tomarse esas tan temidas fotos. Dentro de su ataque de vergüenza, recuerda su colección de fotos de hombres que presumen de su virilidad, abre el archivo y comienza a verlas una por una, haciéndose ideas de esos miembros sin cara, son la abstracción de un cuerpo concentrado en la extensión de su hombría: un falo que a veces presume de ser un significante vacío. Ella se detiene en una foto, abdominales contraídos, un brazo fuerte y venoso y el personaje estelar sembrado en el medio del bosque.


Esa fue su primera foto, la que comenzó todo.